viernes, 8 de junio de 2018

SISTEMA PREVENTIVO EN EL AULA

LOS ELEMENTOS FUNDAMENTALES DEL SISTEMA PREVENTIVO

RAZÓN
Ser racionales. Guiar a los alumnos con claridad de ideas, y de acuerdo a la verdad, indicándole qué debe hacer, como hacerlo y recordándoselo con insistencia. Deben comprender las cosas que les pedimos, y el motivo por el cual se lo pedimos.
Tener sentido común y razonamientos sencillos. No pedir cosas raras.
Tener persuasión y convencimiento, antes que imposición. Persuadir con argumentos, en las cosas que se explican y proponen.
Tener conocimiento de la realidad juvenil y adaptarse a ella. Esto supone diálogo abierto, confianza, comprensión y comunicación profunda. 
AMOR
Supone la amistad humana, en sentido general. Ser amigable, sin querer ser amigo como sus pares. Crear un verdadero vínculo que sólo busque el bien del joven. Una cercanía sincera, sencilla, cordial, basada en la confianza.
Busca una afectividad sincera. El amor educativo debe ser experimentable y sensible a los jóvenes, sin caer en el sentimentalismo (“Falta lo mejor… qué los jóvenes no sólo sean amados sino que ellos mismos se den cuenta que se los ama”; Don Bosco).
El amor en el sistema preventivo, es también caridad sobrenatural, para los docentes con fe. Amar a los jóvenes por amor a Dios. Ser portadores del amor a Dios a los jóvenes. Amar a los jóvenes para llevarlos a Dios.

Características del amor educativo
·         Amar a todos y a cada uno.
·         Amar primero, dar el primer paso.
·         Acercarse a los jóvenes, tratar de comprender su situación, querer las cosas que ellos quieren, saber escuchar y dialogar con ellos, ponerse a su nivel pero que ellos respeten la figura del educador.
·         Amar sin esperar ninguna recompensa.
·         Hacerse amar por los jóvenes. 
RELIGIÓN
La Religión es la idea central de todo el método educativo. Se quiere llevar a los jóvenes a la amistad con Cristo. Que establezcan una relación sencilla y familiar con Dios en la oración, en el ofrecimiento sencillo de las pequeñas cosas: juegos, trabajo, estudio…

Medios fundamentales
·         Eucaristía y celebraciones: de modo mensual y según el calendario litúrgico.
·         Reconciliación: revisión de vida frecuente y sencilla, tanto individual como grupal, y confesión cuando sea posible.
·       Oración: Sencilla, en Buenos Días y Buenas Tardes, antes de cada clase, antes de cada actividad…
·         Amor a la Virgen: confianza en María Auxiliadora ante las dificultades, devoción al rosario, imitar las virtudes de la Virgen (pureza, fe…).
·         Amor a la Iglesia y al Papa: unidad con los pastores en general.
·         Asociaciones: grupos donde los jóvenes se ayuden a vivir el Evangelio y colaboren para mejorar a los demás. 
ASISTENCIA
“No dejar nunca solos a los jóvenes. Vigilar en todo lugar y tiempo, de manera que no quede ni cosa, ni persona, ni joven, ni lugar que no estén confiados a alguien” (Don Bosco).

Normas concretas
·         No usar nunca un tono imperativo: “quiero, andá, hacé esto”, sino: “Podrás hacerme un favor, estarías dispuesto a…”.
·         No mandar cosas superiores a las posibilidades de los alumnos.
·         Sano criterio. No sancionar cualquier mínima falta, sobre todo cuando es involuntaria.
·         Se firmes en las decisiones, seguros en lo que pedimos, y mantener lo requerido cuando es justo.
·         Observar todo y a todos.
·         Actitud confiada y no sospechosa.
·         Ser equilibrado. Guiarse siempre por la razón y no por los impulsos.
·         No dejar nunca solos a los chicos. Estar siempre con ellos en todas partes (patio, baños, aula…).
·         No permanecer indiferente ante los desórdenes. Tratar de prevenirlos.
·         Saber constantemente donde se encuentran los  alumnos que pidan permiso para ausentarse del grupo.
·         Ser pacientes ante las actitudes incorrectas de los alumnos. Tener presente siempre que son jóvenes.
CORRECCIÓN
·         Corregir en privado con prudencia y calma.
·         Ser comprensivos, firmes e imparciales.
·         Que el corregido se aleje de nosotros satisfecho y como amigo.
·         Saber olvidar los errores, no ficharlo para siempre, darle la pasibilidad de cambiar.
·         Evitar la humillación. Buscar el momento oportuno y acudir a la reflexión y a la razón. Que el joven reconozca su falta y se comprometa a no reincidir.

·        Recordar que la “amabilidad, comprensión y respeto son las llaves del corazón” (Don Bosco).

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